lunes, 12 de diciembre de 2016
Importancia del arte, los libros y la poesía en el nivel inicial
Desde el periodo de gestación, el niño se encuentra
sumergido en un mundo lleno de sonidos y voces que poco a poco comienza a
relacionar e identificar como parte de su entorno, que además le brindan
seguridad y confianza, por ejemplo la voz de su madre o algún tipo de música.
Retomando lo anterior, María Emilia nos recuerda en
la lectura “Una (micro) política pública de lectura en la primera infancia”,
que nunca es muy pronto para comenzar a estimular el hábito y gusto por los
libros, debido a que esto no significa que se le enseñará a leer o escribir
sino por el contrario se le acercará a estos, con el fin de ampliar y favorecer
su desarrollo integral.

Cómo se menciona en la lectura “el arte, el juego y
lo poético” el empleo de la lectura, el arte y las actividades lúdicas, son un
método muy efectivo para crear vínculo con los niños, debido a que se
convierten en experiencias en donde ellos también se vuelven participes,
momentos en los cuales pueden expresar lo que sienten y dejar que su
imaginación y creatividad entren en acción, por lo que se permite que los
infantes creen nuevos aprendizajes y aprendan acerca del mundo que les rodea.
Cabe mencionar que cuando nos referimos a la palabra
arte, no solo nos referimos a obras y cuadros de pintores famosos, sino,
a la forma de experiencias que provocan que los menores transmitan sentimientos
tan elevados y que pueden llegar a identificar esta experiencia como un evento
único en la vida. Los libros, canciones e imágenes que los niños puedan tener a
su alcance, los hace parte de una oportunidad de aprender y expresarse.

La importancia del vínculo en la primera infancia es
fundamental, principalmente con las maestras, quienes deben de desarrollar la
capacidad de envolver con la voz y con el cuerpo, esto se refiere a que la
maestra debe de tener una tonalidad de voz adecuada y llena de afecto, al igual
que sus gestos y movimientos, es decir, debe de reflejar lo que siente de forma
amorosa para y con sus alumnos.
El agente educativo debe de sostener al niño de
forma afectiva, brindándole seguridad, amor y en especial, que el niño sea
capaz de percibir lo importante que es él para la maestra.
La lectura, “la didáctica de la ternura”, refleja en
pocas palabras todos los requisitos que necesita tener una buena docente para
ejercer un magnífico trabajo con los niños, con características únicas, por
ejemplo, estar disponible para los niños, escucharlos y atenderlos, física y
emocionalmente.
Aquí se pone en juego la mirada, la voz, las
palabras de aliento, la empatía, la ternura, además, surge el punto en que la
maestra encuentra diferentes tácticas para llamar la atención de los niños con
el fin de tener nuevos aprendizajes, crea vínculos.

María Emilia menciona que para que un menor se
sienta a gusto en su entorno, la docente debe darles la oportunidad de
adaptarse, para que el proceso de separación con los padres sea más fácil al
momento de ingresar a la escuela, por otro lado se debe de tener una buena
comunicación con los tutores del menor, ya que mediante ellos la docente
obtiene información relevante acerca de los niños.
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